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LA PRÁCTICA ESPIRITUAL
Hoy me gustaría derribar unos cuantos mitos sobre la espiritualidad, que en mi opinión aportan muchísimos vacíos de sentido común a esta temática. A través de estas lagunas y vacíos de sentido común se cuela la toxicidad y la frivolidad que consigue pudrir y corromper todo lo bonito, noble y digno que trata de construir o desarrollar el ser humano. Ante la toxicidad y las malas prácticas, no hay mejor arma que el sentido común y la verdad.
Cuando hablamos de práctica espiritual, muchas personas lo asocian directamente con sentarse en posición de loto y tratar de dejar la mente en blanco, con prender velas, encender sahumerios o palo santo, o llevar a cabo cualquiera de estas prácticas que tanto se estilan dentro de lo típicamente llamado “mundillo de la espiritualidad”. Pero debemos hacer un trabajo grande de difusión sobre todas las implicaciones que tiene la espiritualidad en la vida moderna.
LA ESPIRITUALIDAD ES TODO LO QUE TOMA EN CONSIDERACIÓN AL SER HUMANO COMO UN COMPLEJO DE CUERPO, MENTE, EMOCIÓN Y ESPÍRITU.
La espiritualidad considera que todo lo que existe, incluso la materia, es energía, y que ningún estado de esta energía es más importante que otro, si no lo hace en base a determinadas circunstancias y contexto. Dentro de una espiritualidad sana, lo que se busca es alcanzar un equilibrio o coherencia entre todos estos elementos que forman el complejo del Ser (mente-cuerpo-corazón-espíritu). Todo esto, implica que una práctica espiritual puede ser tanto una clase de yoga o tai chí, como dos horas de gym los lunes, miércoles y viernes de cada semana. Puede ser espiritual tener una rutina de leer un libro dos horas cada semana, o reservar un ratito cada día para no hacer nada rutinario (que también entendemos sería una especie de rutina o ritual). Puede ser espiritual también el skincare que te haces cada mañana porque sientes que te despeja y te permite llegar al estado de ánimo óptimo para ponerte a trabajar o simplemente tener un buen día.
Va a ser espiritual cualquier práctica que lleves a cabo teniendo en cuenta que eres mucho más que un simple cuerpo físico y un puñado de patrones mentales instintivos o maquinarios. Será tu práctica espiritual cualquier cosa que hagas a lo largo del día para cuidar tus emociones, tu estado de ánimo, tu energía mental o física, o tu alma. Es espiritual cualquier cosa que hagas en tu día a día con la idea de que eres más que un cuerpo y un cerebro como base. Y va a significar lo mismo cuando hables de ello, aunque no lo quieras llamar espiritual, porque las palabras son solo formas de mencionar conceptos, y cada cual emplea las palabras que mejor le hacen sentir, o que siente que se acomodan más a lo que tiene en mente.
Pero no nos confundamos: Lo espiritual, no es un nicho de mercado reducido o una simple afición a explotar por unos pocos para hacer ingentes cantidades de dinero vendiendo sanaciones milagrosas y experiencias paranormales o extrasensoriales. Lo espiritual está en lo cotidiano de cada día, incluso en las simples labores del hogar.
En la alimentación, en el sol que nos alumbra cada mañana, en esa mirada que echamos por la ventana para empaparnos de la energía que desprende este día nublado y lluvioso, en las ganitas que tenemos de que llegue el otoño, en el placer que sentimos al poder pasar un ratito la tarde-noche del viernes con nuestra pareja acurrucados viendo una película, incluso comiendo papitas con guacamole xD. Cabe decir que lo espiritual no siempre es sinónimo de saludable. Pero siempre será un principio de lo saludable tomar en cuenta que somos seres espirituales, o sea, que somos más que un cuerpo y un cerebro.
Yo hoy os invito (a quienes aún no lo hayan hecho) a crear por sí mismos una práctica personal más o menos “mística”, que se acomode a las necesidades de salud mente-cuerpo-espíritu de cada uno. Tened en cuenta que cada persona es un mundo, y lo que le hace bien a uno puede no ser suficiente para otro. Siempre consideren que cada uno es un ser humano único e irrepetible. Si bien es cierto que nadie es imprescindible, también es cierto que somos irremplazables y la salud y la atención de cada uno de nosotros es uno de los bienes más preciados y necesarios en los tiempos que vivimos. Cuidaros y mimaros mucho.
Os quiero